everything fabulous is to be found in India…

Everything fabulous is to be found in India.

Me encontré con esta frase en el libro que estoy leyendo (The Last Gift de Abdulrazak Gurnah) y, como película, aparecieron en mi mente cientos de imágenes, una tras otra, sobre el viaje que hice a la India en el 2017.

Vienen a mi mente manadas de elefantes caminando entre campos de té; cientos de templos tallados entre rocas de granito que se extienden a lo largo de un río que da vida a toda la región; ciudades blancas, rosas y azules donde los monos descansan sobre los tejados comiendo frutas y panes robados a los transeúntes; pueblos flotantes en los que hay que viajar por canales estrechos en botes de remo, donde puedes observar las vidas de los locales con un grado de intimidad casi invasivo; camiones decorados con cadenas de cuentas, flores y pedacitos de vidrio, cargando con una pequeña televisión que siempre pasa videos de Bollywood; mercados con puestos que venden todas las especias que uno se pueda imaginar y puestos donde cocinan los platillos más deliciosos con esas mismas especias y los colores y olores te persiguen por meses; el Taj Majhal, imponente al punto de que es casi indescriptible.

Y me parece chistoso cómo la memoria se va deshaciendo de recuerdos  o, quizás, solo va seleccionando aquellos que hacen más positiva nuestra vida, y los otros los saca a las luz sólo cuando es necesario. Porque si hago un esfuerzo un poco más profundo para recordar mi viaje a la India, las imágenes y sentimientos cambian: el miedo que sentía al estar un segundo sola en las ciudades del norte; la basura que se acumula a lado de las vías del tren, contaminando cientos de kilometros de recorrido; la mirada rendida, y casi depleta de humanidad, de una madre de no más de 17 años con dos niños en brazos que pide dinero tocando en la ventana del taxi donde estoy protegida del mundo exterior… Y recuerdo que había días en los que quería tomar un vuelo a Tailandia y olvidarme para siempre de ese lugar.

Pero estas memorias un poco más oscuras de mi viaje no demeritan la frase que me inspiró a escribir esto: “Everything fabulous is to be found in India”. Al revivir estas memorias me doy cuenta que lo fabuloso no viene de los elefantes salvajes o de los templos milenarios.  Creo que lo fabuloso se encuentra en los momentos donde la tensión constante entre dicotomías se rompe o, más bien, como resorte, se estira tanto que rebota y se empalma. Encontramos lo fabuloso donde la complejidad humana te demuesta que nuestras dicotomías son falsas y que lo material se empalma con lo espiritual, lo moderno con lo tradicional, lo mágico con lo real, y no hay un lugar donde yo haya percibido esto con más intensidad que en la India.

Y me persigue. Hay días que me despierto anhelando volver, siento casi desesperación por poder caminar en los callejones de Dehli y escuchar y sentir y respirar el caos de la capital, por sentarme en la orilla del lago de Pushkar mientras un hombre reza seguido por un grupo de extranjeros buscando su espiritualidad, por caminar en las montañas del sur -donde el clima es un poco menos cruel- y volver a conocer a un niño que sin preámbulo me pregunte si creo en el comunismo.

Tendré que volver. Espero poder hacerlo pronto.

Les comparto unas fotos del viaje.

Nota: la frase no se traduce bien al español “Todo lo fabuloso se puede encontrar en la India” ni “Todo los fabuloso se encuentra en la India”. La primera es demasiado ambigua, no te indica que es el lugar para encontrar lo fabuloso sino que se queda como una posibilidad, pero la segunda es demasiado absoluta, como si no pudiéramos encontrar cosas fabulosas en otros contextos o en otras sociedades.

Nota sobre las fotos: fue muy muy muy difícil hacer esta selección, pero tampoco le dediqué mil horas y ni de broma representa ese viaje, aunque sí los recuerdos que vinieron en instantáneo a mi mente al leer la frase. Nota 2 y 3 sobre las fotos: Los niños te piden que les tomes fotos y, en algunos casos, que me tomara fotos con ellos -y con familias enteras-. Tengo mil fotos de monos, pero no sé si sub o sobrerrepresentan la realidad.


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